En esta publicación quiero resaltar un destino atractivo Atenas, Atenas con los lugares famosos que ya he destacado en la diapositiva de fotos.

He dividido la ruta que describo en el mapa de ruta en varios días y siempre cojo el metro a los distintos puntos de salida.

En particular, me gustaría prestar atención al distrito de Plaka, el distrito más antiguo de Atenas, debajo de todo el distrito se encuentran los restos de edificios griegos y romanos anteriores, en gran parte intactos.

Plaka se asienta contra una colina, a la sombra de la Acrópolis y sus templos antiguos. Las calles estrechas y empedradas bordeadas de pequeñas tiendas que venden joyas, ropa y cerámica local le dan al barrio una sensación de pueblo. Los cafés con terraza y las tabernas familiares abren hasta tarde, mientras que Cine Paris proyecta películas clásicas al aire libre.

El cercano distrito de Anafiotika recuerda a una isla griega con sus casas encaladas.

Una de las mejores cosas de Atenas es la variedad, en un momento estás maravillado con las ruinas antiguas, en la siguiente esquina de la calle de repente encontrarás arte callejero fantástico. Algo que ciertamente no esperaba en esta ciudad bulliciosa y enérgica era la tranquilidad del barrio encalado de Anafiotika, al pie de la Acrópolis.

No es un vecindario con el que te encuentras, realmente tienes que buscarlo. El barrio está situado a los pies de la Acrópolis y para llegar hay que caminar por la calle Thrasillou en Plaka. Esa calle se convierte en Stratonos y si caminas por ella, estarás en la única entrada a Anafiotika. Y entonces estás inmediatamente en otro mundo.

Atrás quedaron las concurridas calles de Atenas, la bulliciosa ciudad y el enjambre de turistas. Entramos en la calle estrecha, bordeada de casas encaladas a ambos lados. Junto a las puertas azules de hierro fundido había macetas de barro con grandes plantas verdes.

Desde la calle tenía una hermosa vista de un lado de la Acrópolis, que se eleva por encima de Anafiotika. Por otro lado, la enorme ciudad se extendía y podía disfrutar de una amplia vista. Me imaginé en una relajada isla griega.

Anafiotika fue construida en el siglo XIX por residentes de la isla de Anafi, que vinieron a trabajar a Atenas. Construyeron casas al estilo de la isla de donde procedían. Pronto también llegaron a instalarse aquí trabajadores de otras islas griegas. Hoy solo quedan 45 casas, ubicadas en calles estrechas y sinuosas por las que a veces apenas se pasa. Es un barrio maravillosamente tranquilo para pasear, acariciar a los muchos gatos dormidos y escapar del ajetreo y el bullicio de Atenas. Y no tienes que tener miedo a perderte: las calles te llevan automáticamente de vuelta al lugar por donde entraste en Anafiotika. Anafiotika fue realmente una de las sorpresas de Atenas para mí.

Después de que la sede del gobierno se trasladara a Atenas en 1834 bajo el rey Otto de Nafplion, la nueva capital experimentó una intensa actividad de construcción. Básicamente reconstruyeron Atenas que había quedado completamente destruida tras la guerra de independencia contra los turcos que finalizó en 1821.

El distrito fue construido según la arquitectura de las Cícladas. Al mismo tiempo, se renovaron dos iglesias del siglo XVII en el área, las iglesias de Agios Symeon y Agios Georgios ton Vrachon. La composición de la población cambió después de 1922 debido a la afluencia de refugiados griegos de Asia Menor, que tuvieron que abandonar su país como consecuencia de la guerra greco-turca.

Anafiotika recuerda a un pueblo isleño con sus pequeñas casas encaladas, callejones estrechos, escaleras empinadas y jardines de flores. Hay muchas tabernas y cafés agradables en el distrito. Es un barrio donde a los atenienses les gusta tomar una taza de café.  Terminamos nuestra ruta un par de veces en el Café Plaka, en medio de Plaka, pero en total tranquilidad en la terraza de la azotea donde podíamos relajarnos a la sombra o al sol.